¿Quien es Rafael Paz?

martes, 23 de diciembre de 2025

FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO 2026

HOY QUIERO DETENERME UN MOMENTO PARA AGRADECER. A MI FAMILIA, POR SER CASA Y RAÍZ; A MIS AMIGOS, POR ESTAR, AUN CUANDO LA VIDA VA RÁPIDA;  A QUIENES DEPOSITARON EN MI SU CONFIANZA EN EL AMBITO PROFESIONAL  , POR PERMITIRME APORTAR, CON RESPONSABILIDAD Y COMPROMISO, A SU BIENESTAR Y A SUS PROYECTOS.

QUE ESTA NAVIDAD NOS REGRESE LO ESENCIAL: PAZ EN LA MENTE, SALUD EN EL CUERPO, UNIÓN EN EL HOGAR Y ESPERANZA EN EL MAÑANA.

LES DESEO UNA NOCHE BUENA HERMOSA , UNA FELIZ NAVIDAD EN COMPAÑIA DE LOS SUYOS  Y UN AÑO NUEVO CON PROPÓSITOS CLAROS, ENERGÍA PARA LOGRARLOS Y PERSONAS BUENAS AL LADO.

UN ABRAZO GRANDE,
RAFAEL PAZ


lunes, 24 de noviembre de 2025

Intersección entre la patología musculoesquelética y los aspectos psicosociales: diagnóstico, evolución e importancia de la evaluación psicológica y psiquiátrica


Dr. RAFAEL PAZ V.






1. Introducción

Las patologías musculoesqueléticas (PME) —como la lumbalgia crónica, la artritis reumatoide, la osteoartrosis y la fibromialgia— constituyen una de las principales causas de dolor, discapacidad y pérdida de calidad de vida a nivel global [1]. El abordaje tradicional ha sido fundamentalmente biomédico, centrado en la lesión anatómica y la disfunción física.

Sin embargo, la evidencia acumulada en las últimas décadas demuestra de forma contundente que los factores psicosociales desempeñan un papel decisivo en la experiencia del dolor, la discapacidad asociada, la respuesta al tratamiento y la evolución de estas enfermedades [2]. Ignorar esta dimensión implica subestimar la complejidad real del dolor crónico musculoesquelético.


2. Relación bidireccional entre el dolor y los factores psicosociales

La interacción entre cuerpo y mente en las PME es claramente bidireccional. El dolor crónico no es solo un fenómeno sensorial; es una experiencia compleja modulada por emociones, cogniciones y por el contexto social del individuo [3].

a) Impacto de la PME en la salud mental

 El dolor persistente, la limitación funcional y la reducción de la participación en la vida laboral, familiar y social favorecen la aparición o agravamiento de trastornos psicológicos. Depresión y ansiedad son comorbilidades extremadamente frecuentes en pacientes con PME crónicas, con prevalencias que pueden superar el 30–50 % en entidades como la fibromialgia y la lumbalgia crónica [4]. A ello se suman el insomnio, la irritabilidad, el estrés y el sentimiento de pérdida de rol.

b) Impacto de los factores psicosociales en la PME

 Factores como el catastrofismo (tendencia a magnificar la amenaza del dolor), el miedo al movimiento (kinesiofobia), las creencias erróneas sobre el dolor, el estrés laboral o familiar y la falta de apoyo social actúan como potentes predictores de cronicidad, mayor discapacidad y peor respuesta al tratamiento [5]. En otras palabras, los factores psicosociales no solo acompañan al dolor, sino que pueden amplificarlo y perpetuarlo.

3. Diagnóstico y evolución: integrando la dimensión psicosocial

Un diagnóstico adecuado en las PME debe ir mucho más allá de identificar una lesión estructural. La evaluación clínica integral exige incluir de manera sistemática la valoración de los denominados “factores de riesgo psicosocial” o “banderas amarillas” [6], entre los que se encuentran:

Creencias negativas sobre el dolor y la recuperación.

Conductas de evitación por miedo al dolor (kinesiofobia).

Estado de ánimo depresivo o ansioso.

Expectativas pasivas frente al tratamiento (“el médico tiene que arreglarme”).

Problemas en el entorno laboral (insatisfacción, alto estrés, conflictos) y/o escaso apoyo social.

La evolución de una PME está profundamente condicionada por estos factores. Así, un paciente con una hernia discal leve pero con alto catastrofismo y gran miedo al movimiento puede presentar una discapacidad mayor y una recuperación más lenta que otro paciente con una lesión estructural más severa pero con mejores estrategias de afrontamiento y apoyo social [7].

Reconocer estas diferencias permite anticipar qué pacientes presentan mayor riesgo de cronicidad y ajustar el plan terapéutico desde el inicio.

4. La importancia de la evaluación psicológica y psiquiátrica

Dada la estrecha interrelación entre dimensiones física y psicosocial, la participación de profesionales de la salud mental (psicólogos y psiquiatras) no debe considerarse un complemento opcional, sino un componente esencial del manejo integral de las PME crónicas.

a) Evaluación psicológica

 El psicólogo clínico o de la salud realiza una valoración detallada mediante entrevistas y cuestionarios estandarizados, orientada a identificar los factores de riesgo psicosocial ya descritos [8]. Esta evaluación permite:

Caracterizar el estilo de afrontamiento y las estrategias de manejo del dolor.

Detectar trastornos de ansiedad, del estado de ánimo o de adaptación.

Valorar el impacto del dolor en la calidad de vida y en los distintos roles del paciente.

Establecer una línea base para el seguimiento y para la intervención psicológica.

b) Evaluación psiquiátrica

 La intervención del psiquiatra resulta fundamental cuando se sospecha la presencia de un trastorno mental comórbido que requiera manejo farmacológico, como un trastorno depresivo mayor, un trastorno de ansiedad generalizada o un trastorno por uso de sustancias [9]. Entre sus funciones se incluyen:

Realizar un diagnóstico psiquiátrico formal.

Prescribir psicofármacos (por ejemplo, antidepresivos o antiepilépticos) que han demostrado eficacia tanto para los síntomas psiquiátricos como para el control del dolor neuropático y otros tipos de dolor crónico [10].

Coordinar el plan de tratamiento con el resto del equipo (médicos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos), favoreciendo un abordaje coherente y multidisciplinario.

La integración de estas evaluaciones permite aplicar de forma real un modelo biopsicosocial. En él se combinan las intervenciones físicas (fisioterapia, ejercicio terapéutico, analgesia) con intervenciones psicológicas basadas en la evidencia, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia de aceptación y compromiso (ACT) o los programas de mindfulness, que han demostrado reducir la intensidad del dolor, la discapacidad y la angustia emocional [11].

5. Conclusión

Las patologías musculoesqueléticas no pueden comprenderse ni abordarse de manera eficaz si se ignora la influencia profunda de los factores psicosociales. La evaluación rutinaria y estructurada por psicólogos y psiquiatras debe considerarse un pilar del diagnóstico, del pronóstico y del tratamiento integral en el dolor musculoesquelético crónico.

Limitarse a tratar solo la dimensión física conduce a muchos pacientes a un ciclo de dolor, frustración y cronicidad. Por el contrario, la implementación coherente de un modelo biopsicosocial mejora los resultados clínicos, optimiza el uso de recursos sanitarios y responde a un imperativo ético en la práctica clínica contemporánea: atender a la persona en su totalidad, y no únicamente a su lesión.


Referencias 

Global Burden of Disease Study 2019. Global, regional, and national burden of musculoskeletal disorders, 1990–2019: findings from the Global Burden of Disease Study 2019. Lancet Rheumatol. 2021;3(6):e383–e396.

Linton SJ, Shaw WS. Impact of psychological factors in the experience of pain. Phys Ther. 2011;91(5):700–11.

Gatchel RJ, Peng YB, Peters ML, Fuchs PN, Turk DC. The biopsychosocial approach to chronic pain: scientific advances and future directions. Psychol Bull. 2007;133(4):581–624.

Bair MJ, Robinson RL, Katon W, Kroenke K. Depression and pain comorbidity: a literature review. Arch Intern Med. 2003;163(20):2433–45.

Pincus T, Burton AK, Vogel S, Field AP. A systematic review of psychological factors as predictors of chronicity/disability in prospective cohorts of low back pain. Spine (Phila Pa 1976). 2002;27(5):E109–E120.

Kendall NAS, Linton SJ, Main CJ. Guide to Assessing Psychosocial Yellow Flags in Acute Low Back Pain: Risk Factors for Long-Term Disability and Work Loss. Wellington (NZ): Accident Compensation Corporation and the New Zealand Guidelines Group; 2004.

Vlaeyen JW, Linton SJ. Fear-avoidance and its consequences in chronic musculoskeletal pain: a state of the art. Pain. 2000;85(3):317–32.

Main CJ, George SZ. Psychologically informed practice for management of low back pain: future directions in practice and research. Phys Ther. 2011;91(5):820–4.

Sullivan MD. Psychiatric comorbidity in patients with chronic pain: its nature, prevalence, and treatment implications. In: Dworkin RH, Breitbart WS, editors. Psychosocial Aspects of Pain: A Handbook for Health Care Providers. Seattle: IASP Press; 2004. p. 461–80.

Bennett MI, Simpson KH. Gabapentin and pregabalin for the treatment of neuropathic pain: a review of laboratory and clinical evidence. Pain Rev. 2004;11:S15–S26.

Williams AC, Eccleston C, Morley S. Psychological therapies for the management of chronic pain (excluding headache) in adults. Cochrane Database Syst Rev. 2012;11:CD007407.



lunes, 10 de noviembre de 2025

Cuando la Salud es Mercancía, la Enfermedad es un Derecho

 


En nuestro mundo hipermedicalizado, donde los pasillos de las farmacias se asemejan a supermercados y los diagnósticos se reparten a veces con la ligereza de un folleto publicitario, una idea incómoda empuja con fuerza: ¿Qué pasa cuando la salud deja de ser un bien común para convertirse en un producto más?

El Negocio de la "Salud"

Pensemos por un momento en el ecosistema que rodea al "cuidado" de la salud. No hablo del acto noble de la medicina, sino de la industria que la ha secuestrado:

Las farmacéuticas no son ONGs; son corporaciones cuyo principal deber fiduciario es maximizar las ganancias para sus accionistas. Un paciente crónico, un tratamiento de por vida, es un cliente recurrente y valioso.

La comida ultraprocesada, cargada de azúcares, grasas nocivas y aditivos, es barata, accesible y adictiva. Se vende en cada esquina, mientras los alimentos frescos y nutritivos se encarecen y se vuelven un lujo para muchos.

El "wellness" y la estética nos venden la idea de que la salud es un producto que se compra: suplementos milagrosos, apps de mindfulness premium, cirugías correctivas. Si no estás sano, es quizás porque no has comprado la solución correcta.

En este mercado, la salud no es el estado natural al que se aspira, sino un bien de consumo elitista. Y si la salud es un lujo, entonces su opuesto, la enfermedad, se democratiza. Se convierte, de manera perversa, en el terreno común, en la experiencia compartida por la mayoría.

La Enfermedad como Último Bastión de Autonomía

Entonces, si la salud es un producto en un estante, ¿qué le queda a quien no puede pagar su precio? Le queda la enfermedad. Pero no hablo de la enfermedad como una simple fatalidad biológica, sino como un espacio de resistencia involuntaria.

En un sistema que te empuja hacia el abismo (con estrés crónico, comida basura, entornos contaminados y ritmos de vida insalubres), enfermarse se convierte en la consecuencia lógica, casi predecible. Es la respuesta del cuerpo a un ambiente hostil. Y al hacerlo, la enfermedad se transforma en un "derecho" en el sentido más trágico: es el único "producto" que el sistema te garantiza sin costo aparente inicial. Es la factura que la sociedad te pasa por participar en ella.

Es el derecho a:

Parar. En un mundo que valora la productividad por encima de todo, la enfermedad es una de las pocas razones socialmente aceptadas para detenerse.

Ser visible. Para muchas personas, especialmente las más vulnerables, es en la sala de espera del médico donde por fin alguien (aunque sea por un breve instante) les presta atención.

Decir "basta". El cuerpo, al quebrarse, emite un veredicto inapelable sobre un modo de vida insostenible.

Reclamar la Salud como un Bien Común

Esta perspectiva no es una invitación al derrotismo, sino todo lo contrario. Es un llamado a despertar. Reconocer que la salud ha sido mercantilizada es el primer paso para arrebatársela al mercado.

¿Cómo empezar?

Desmedicalizando la Vida Cotidiana: No todo malestar requiere un fármaco. Recuperemos el valor del descanso, la alimentación consciente, el movimiento natural y las conexiones humanas como pilares fundamentales de la salud.

Siendo Críticos: Preguntémonos siempre quiénes se benefician de cada diagnóstico, de cada "solución" milagrosa, de cada nuevo síndrome de moda. La información es el antídoto contra la manipulación.

Exigiendo Políticas Públicas: La salud no puede depender de la cartera. Un sistema sanitario público, robusto y preventivo, que ataque las causas de la enfermedad (pobreza, contaminación, desigualdad) y no solo sus síntomas, es una rebelión contra esta lógica mercantil.

Abrazando la Comunidad: La curación a menudo sucede en comunidad, no en una consulta. Fortalecer las redes de apoyo mutuo es crear un sistema inmunológico social.

En la distopía del negocio de la salud, enfermar se ha convertido en la consecuencia más democrática y accesible. Nuestra tarea, individual y colectiva, es trabajar para que ese "derecho" deje de ser la única herencia segura, y que la verdadera salud —integral, comunitaria y digna— deje de ser un privilegio para convertirse, de nuevo, en un derecho fundamental para todos.

viernes, 31 de octubre de 2025

Mente y Cuerpo: Un Diálogo Vital. Análisis de la Premisa de la Muerte por "Estados Mentales" desde la Medicina Basada en la Evidencia



Dr.Rafael Paz V.

Resumen: Una corriente de pensamiento propone que las personas no fallecen a causa de enfermedades orgánicas,sino debido a "estados mentales incoherentes" que desequilibran el sistema hormonal e inmunológico. Este artículo analiza esta premisa, contrastándola con el conocimiento científico actual. Si bien la psiconeuroinmunología ha demostrado el impacto profundo de los estados emocionales en la salud, la afirmación de que son la causa única de muerte y que los fármacos nunca curan, constituye una simplificación peligrosa. Se concluye que un modelo integral, que considere factores biológicos, psicológicos y sociales, es el más acertado para comprender la salud y la enfermedad.


Introducción

Es frecuente en discursos alternativos escuchar que"las personas no mueren por enfermedades, mueren por estados mentales". Esta idea, que a menudo se apoya en conceptos como el desequilibrio hormonal por estrés emocional y la ineficacia de la medicina alopática, gana popularidad en un contexto de búsqueda de respuestas holísticas. Sin embargo, es imperativo examinar estas afirmaciones a la luz de la evidencia científica. Este artículo busca: 1) Reconocer la base científica de la conexión mente-cuerpo, 2) Refutar la noción de que las enfermedades no son causa de muerte y 3) Reivindicar el papel de los tratamientos médicos basados en evidencia, proponiendo un modelo de salud verdaderamente integral.


1. La Conexión Mente-Cuerpo: Una Verdad Científica, no una Metáfora

La premisa de que los estados mentales afectan la fisiología corporal no es una mera creencia;es un pilar de la Psiconeuroinmunología. La evidencia muestra que el estrés, la ansiedad y la depresión crónicos activan el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, leading a una liberación sostenida de cortisol y catecolaminas [1].


Estas hormonas, en niveles crónicamente elevados, tienen efectos documentados: suprimen la respuesta inmunológica, aumentan la presión arterial, alteran el metabolismo de la glucosa y promueven un estado inflamatorio sistémico [2]. Por lo tanto, es innegable que un estado mental negativo puede ser un factor de riesgo significativo para el desarrollo y progresión de enfermedades cardiovasculares, autoinmunes y metabólicas [3]. En este punto específico, la premisa analizada se alinea con hallazgos científicos robustos.


2. La Afirmación Peligrosa: ¿Mueren las Personas por "Estados Mentales" y no por Enfermedades?

Aquí es donde la premisa se desvía radicalmente de la evidencia.Afirmar que el cáncer, los accidentes cerebrovasculares (ACV) o las infecciones no son las causas de muerte, sino meras consecuencias de un desequilibrio mental, es una falacia que ignora la etiología multifactorial de la enfermedad.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) es clara: las principales causas de muerte global son la cardiopatía isquémica, los ACV, las infecciones de vías respiratorias bajas y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica [4]. Estas condiciones tienen factores de riesgo bien establecidos, como la genética, la exposición a patógenos, el tabaquismo, la dieta y la contaminación ambiental. Reducir la muerte a un "estado mental" es ignorar esta compleja red causal y puede llevar a la victimización de los enfermos, sugiriendo que su condición es culpa de su incapacidad para "sintonizar la frecuencia adecuada".


3. El Papel de la Comprensión y los Fármacos: Un Falso Dilema

La premisa establece un antagonismo innecesario:la "comprensión" como vía de curación verdadera versus los medicamentos como simples "pintura para una mancha". Esta es una dicotomía falsa.


· La "Comprensión" como Terapia: La psicoterapia, que implica procesos de comprensión y manejo emocional, es un tratamiento de primera línea para trastornos como la ansiedad y la depresión. Su eficacia está probada [5]. Sin embargo, no es una panacea universal que pueda, por sí sola, eliminar un tumor o revertir una sepsis.

· Los Fármacos que SÍ Curan: La afirmación de que los medicamentos "nunca curan" es factualmente incorrecta. Los antibióticos erradican infecciones bacterianas; los antirretrovirales convierten al VIH de una sentencia de muerte a una condición crónica manejable; la quimioterapia y la radioterapia curan numerosos tipos de cáncer; y la insulina previene la muerte por diabetes [6]. Estos tratamientos abordan las causas fisiopatológicas directas y son el resultado de décadas de investigación científica.


Conclusión: Hacia un Modelo Integral Verdadero

La búsqueda de respuestas simples para problemas complejos es comprensible,pero en medicina puede ser riesgosa. La premisa analizada acierta al destacar la poderosa influencia de la salud mental en el bienestar físico, un principio que la medicina moderna debe integrar más. Sin embargo, yerra gravemente al desestimar las causas biológicas de la enfermedad y los tratamientos que salvan vidas.


El modelo más acertado es el biopsicosocial, que entiende la salud como el resultado de la interacción de factores biológicos (genética, patógenos), psicológicos (estados de ánimo, estrés) y sociales (entorno, economía) [7]. En este modelo, cuidar la salud mental es tan crucial como tratar una infección o controlar la presión arterial. La verdadera "cura" no reside en elegir entre la mente y el cuerpo, sino en atender ambos de manera sinérgica y basándose en la evidencia científica más sólida.


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Referencias (Normas Vancouver)


1. [1] McEwen BS. Physiology and neurobiology of stress and adaptation: central role of the brain. Physiol Rev. 2007;87(3):873-904.

2. [2] Cohen S, Janicki-Deverts D, Doyle WJ. Chronic stress, glucocorticoid receptor resistance, inflammation, and disease risk. Proc Natl Acad Sci U S A. 2012;109(16):5995-9.

3. [3] Mariotti A. The effects of chronic stress on health: new insights into the molecular mechanisms of brain-body communication. Future Sci OA. 2015;1(3):FSO23.

4. [4] World Health Organization. The top 10 causes of death [Internet]. Geneva: WHO; 2020 [cited 2023 Oct 27]. Available from: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/the-top-10-causes-of-death

5. [5] Cuijpers P, Cristea IA, Karyotaki E, Reijnders M, Huibers MJH. How effective are cognitive behavior therapies for major depression and anxiety disorders? A meta-analytic update of the evidence. World Psychiatry. 2016;15(3):245-58.

6. [6] Rang HP, Ritter JM, Flower RJ, Henderson G. Rang and Dale's Pharmacology. 9th ed. Elsevier; 2019.

7. [7] Engel GL. The need for a new medical model: a challenge for biomedicine. Science. 1977;196(4286):129-36.

domingo, 19 de octubre de 2025

Lo que reveló la exhumación de José Gregorio Hernández: ciencia, historia y fe bajo la lupa

Por: Dr. Rafael Martín Paz Villalobos
🩺 Resumen
La exhumación de los restos del Dr. José Gregorio Hernández en 2020, dirigida por el Dr. Enrique López-Loyo, permitió confirmar científicamente su identidad y revelar datos desconocidos sobre su salud y su muerte. Este artículo explica los hallazgos forenses, la historia detrás del proceso y lo que la ciencia descubrió sobre el “Médico de los Pobres”.
🧬 Entre la ciencia y la fe: un siglo después
Más de cien años después de su muerte, el nombre del Dr. José Gregorio Hernández sigue vivo en la devoción popular y en la historia médica de Venezuela.
 En octubre de 2020, un equipo multidisciplinario encabezado por el Dr. Enrique López-Loyo, presidente de la Academia Nacional de Medicina, realizó la tercera exhumación oficial de sus restos en el templo de La Candelaria, Caracas.
Lo que parecía un procedimiento rutinario previo a su beatificación se convirtió en una investigación científica de gran valor histórico y forense.
🧩 Los hallazgos forenses: huesos que hablan
Durante la exhumación, el equipo halló 131 piezas óseas en estado frágil pero sorprendentemente bien conservadas.
 El estudio confirmó lo que los médicos de 1919 ya habían diagnosticado:
Fractura en la base del cráneo y en la mandíbula, compatibles con el atropellamiento.
Lesiones múltiples en tórax y extremidades.
Evidencia de trauma contundente mortal e instantáneo.
Además, el análisis osteológico aportó nuevos datos sobre su salud que no se conocían hasta ahora.
👣 El misterio del tumor en el talón
Uno de los descubrimientos más llamativos fue un tumor óseo en el calcáneo izquierdo (hueso del talón).
 Según el Dr. López-Loyo, esa lesión pudo afectar su forma de caminar y explicar la ligera inclinación corporal visible en algunas fotografías históricas.
En otras palabras, el “médico de los pobres” atendía, enseñaba y caminaba con dolor, sin que nadie lo notara. Un hallazgo que lo hace, si cabe, aún más humano.
💀 Pérdidas óseas y reliquias: la huella de la devoción popular
El estudio reveló también que faltaban pequeños huesos y fragmentos, producto de sustracciones devocionales en décadas anteriores.
 De las 306 piezas que componen el esqueleto humano, se conservaron algo más de un centenar.
 Para su preservación, los restos fueron tratados con productos consolidantes y cemento óseo, y se extrajeron unas 300 reliquias menores para ser distribuidas entre diócesis venezolanas y el Vaticano.
🫀 Un retrato médico del santo venezolano
La investigación permitió reconstruir parte de su perfil biológico:
Sexo y edad: varón de 55 años, 1,61 m de estatura.
Lesiones previas: tumor calcáneo, calcificación clavicular derecha y deformidad torácica compatible con enfermedad respiratoria crónica.
Conclusión pericial: trauma craneal mortal por impacto vehicular, con muerte instantánea.
Cada hallazgo coincidió con los registros médicos y judiciales de 1919, confirmando la autenticidad de los restos.
🔬 Cuando la ciencia confirma la fe
La exhumación de 2020 fue un ejemplo de cooperación entre la medicina forense y la Iglesia.
 No solo se confirmó la identidad del beato, sino que se documentaron detalles inéditos sobre su salud y su vida.
 Los resultados demuestran que la ciencia no destruye la fe: la ilumina, la contextualiza y la dignifica.
✨ Más humano que santo
El José Gregorio que emerge de los laboratorios no es solo un símbolo religioso:
 es un hombre real, con dolencias, fracturas y huellas de trabajo.
 Un científico brillante que estudió en París, un médico que atendía a los pobres sin cobrar y un creyente que vivió con coherencia hasta el final.
La exhumación no le quitó el halo de santidad; al contrario, lo acercó más al pueblo, mostrando que la santidad también puede tener cicatrices.

🧠 Conclusión
A más de un siglo de su muerte, la exhumación de José Gregorio Hernández nos deja tres enseñanzas:
La ciencia y la fe no se oponen, se complementan.
El cuerpo también es memoria, y sus huesos aún cuentan historias.
El verdadero milagro es la huella de humanidad que dejó en cada vida que tocó.

Autor:
 🩺 Dr. Rafael Martín Paz Villalobos
 Médico
 Divulgador de ciencia, historia y espiritualidad
 📍@rafaelpazv

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viernes, 10 de octubre de 2025

Día Mundial de la Salud Mental: una llamada urgente al cuidado del bienestar en el trabajo


Fecha: 10 de octubre de 2025

Autor: Dr. Rafael Martín Paz Villalobos – Médico Especialista en Salud Ocupacional

1. La salud mental: un pilar olvidado que sostiene la productividad

Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para recordar que no hay salud sin salud mental.
En el ámbito laboral, este principio adquiere una relevancia crucial: el bienestar psicológico no solo determina el desempeño y la productividad, sino también la sostenibilidad del talento humano, la convivencia y la innovación dentro de las organizaciones.

Los entornos laborales modernos, caracterizados por la alta demanda, la presión por resultados y la hiperconectividad digital, se han convertido en escenarios donde el estrés, la ansiedad y el agotamiento emocional (burnout) son cada vez más frecuentes. Según la OMS y la OIT, uno de cada cinco trabajadores experimenta síntomas de trastornos mentales relacionados con su trabajo.

2. El impacto real en la salud ocupacional

Desde la perspectiva de la Salud Ocupacional, la salud mental debe abordarse con la misma rigurosidad que los riesgos físicos o ergonómicos.
Los factores psicosociales —como la carga de trabajo excesiva, la falta de control sobre las tareas, los conflictos interpersonales o la inestabilidad laboral— son riesgos que pueden generar fatiga crónica, depresión, insomnio, adicciones o enfermedades psicosomáticas.

La Resolución 2764 de 2022 en Colombia y los lineamientos del Ministerio del Trabajo exigen a las empresas evaluar y gestionar los riesgos psicosociales, promoviendo programas integrales de bienestar y prevención.
El objetivo es claro: pasar de la reacción al cuidado proactivo, del diagnóstico a la promoción de entornos emocionalmente saludables.

3. Empresas emocionalmente inteligentes

Una empresa mentalmente saludable no es aquella que evita el estrés, sino la que lo gestiona adecuadamente.
Esto implica desarrollar una cultura organizacional centrada en el bienestar, donde:

  • Se promueva la comunicación abierta y el respeto.
  • Los líderes estén capacitados para reconocer señales tempranas de agotamiento.
  • Se implementen pausas activas, programas de salud mental y canales de apoyo psicológico.
  • Se integre la salud emocional al Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST).

Los beneficios son evidentes: menor rotación de personal, menos ausentismo, mayor creatividad y compromiso laboral. Invertir en salud mental no es un gasto, es una estrategia de sostenibilidad empresarial.


4. Un compromiso compartido

El cuidado de la salud mental en el trabajo no depende solo del empleador.
Cada trabajador tiene también la responsabilidad de cultivar hábitos saludables: descanso adecuado, ejercicio, buena alimentación, manejo del tiempo, apoyo social y búsqueda de ayuda profesional cuando sea necesario.

En palabras de la OMS: “Hablar de salud mental en el trabajo no es un signo de debilidad, sino de humanidad.”


5. Reflexión final

Este Día Mundial de la Salud Mental nos invita a mirar más allá de los indicadores de producción y ver el valor de la persona que sostiene la empresa.
La salud mental no debe ser un tema de conmemoración anual, sino una política cotidiana de respeto y dignidad laboral.

Cuidar la mente en el trabajo es cuidar la vida, y en ese propósito, empleadores y trabajadores comparten una misma misión: construir entornos donde trabajar sea sinónimo de bienestar.


martes, 2 de septiembre de 2025

Quiet Cracking y Burnout: dos caras del desgaste laboral que no podemos ignorar

 

📌 ¿Qué es el Quiet Cracking?

El quiet cracking o colapso silencioso es un fenómeno laboral emergente que describe cómo los entornos de precariedad, sobrecarga de trabajo y falta de oportunidades van deteriorando lentamente a los empleados.

El trabajador sigue cumpliendo tareas, pero sin motivación, sin compromiso y con una creciente sensación de desconexión de la empresa. No es un síndrome clínico, sino un problema estructural del sistema laboral que prepara el terreno para el burnout.

🔥 ¿Qué es el Burnout?

El burnout o síndrome de desgaste ocupacional, reconocido por la OMS en la CIE-11, es un estado clínico de agotamiento emocional, despersonalización y baja eficacia profesional.

Aparece cuando el trabajador permanece demasiado tiempo en un ambiente tóxico o sobrecargado, desencadenando problemas físicos y psicológicos como:

  • Ansiedad y depresión.

  • Insomnio y fatiga crónica.

  • Trastornos digestivos o cardiovasculares.

🧩 Diferencia entre Quiet Cracking y Burnout

  • Quiet Cracking → la enfermedad del sistema. Una organización que se agrieta con estructuras laborales precarias.

  • Burnout → la enfermedad del trabajador. El colapso humano y clínico tras habitar demasiado tiempo en esa estructura dañina.

👉 En resumen: quiet cracking son las grietas invisibles del sistema, el burnout es el colapso personal visible.


🚨 Señales de alerta en la organización

Las empresas pueden anticipar el quiet cracking y prevenir el burnout aplicando:

  • Encuestas de clima laboral y monitoreo de rotación.

  • Canales de escucha activa para empleados.

  • Programas de capacitación y desarrollo profesional.

  • Tamizajes periódicos de salud mental en los programas de seguridad y salud en el trabajo.

🌱 Cuidar el sistema y cuidar a las personas

No basta con atender al trabajador que colapsa. También debemos reparar la estructura laboral que lo enferma.

  • El quiet cracking es un llamado a cambiar la cultura organizacional.

  • El burnout es una alerta para proteger la salud mental del empleado.

Si queremos empresas sostenibles y trabajadores sanos, debemos mirar ambos niveles: curar las grietas del sistema y cuidar a las personas que lo habitan.

sábado, 12 de julio de 2025

Cuando el Trabajo Duele: Entendiendo el Trastorno Adaptativo por Ruptura Laboral

ya sea un despido, una jubilación forzada o conflictos severos en el trabajo, puede ser tan impactante como una ruptura personal. Es normal sentir una gama de emociones en estas situaciones. Sin embargo, cuando la reacción es desproporcionada y afecta significativamente tu día a día, podrías estar experimentando lo que se conoce como trastorno adaptativo.
¿Qué es el Trastorno Adaptativo?
A diferencia de los trastornos de personalidad, que son patrones de comportamiento y pensamiento duraderos, el trastorno adaptativo es una reacción emocional y conductual temporal ante un evento estresante significativo. Imagina que tu mente y cuerpo están tratando de "adaptarse" a una nueva realidad que te ha desequilibrado. En el contexto laboral, esto significa que tu bienestar se ve afectado directamente por un cambio drástico en tu vida profesional.
¿Por Qué una Ruptura Laboral lo Causa?
El mundo laboral es una parte fundamental de nuestra identidad y estabilidad. Por eso, una interrupción en este ámbito puede ser un gran detonante:
 * Pérdida del empleo: Ser despedido o la finalización inesperada de un contrato es una de las causas más comunes. No solo es la pérdida de ingresos, sino también de una rutina, un propósito y una red social.
 * Conflictos en el trabajo: El acoso, la sobrecarga laboral o la falta de apoyo pueden generar un ambiente tóxico que, al romperse o culminar, deja cicatrices emocionales.
 * Transiciones importantes: La jubilación, aunque planificada, puede ser un cambio enorme que requiere una gran adaptación. Lo mismo ocurre con un cambio de rol drástico o la necesidad de adaptarse a un nuevo entorno laboral.
 * Incertidumbre económica: La preocupación por cómo llegar a fin de mes después de una ruptura laboral es un factor de estrés adicional que puede agravar la situación.
Señales de Alerta: ¿Qué Síntomas Debes Vigilar?
Los síntomas del trastorno adaptativo suelen aparecer dentro de los tres meses posteriores al evento estresante. Si persisten más allá de seis meses (o si el estrés es crónico), es importante buscar ayuda. Aquí te dejamos las señales más comunes:
 * Emocionales:
   * Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o irritabilidad.
   * Sensación de desesperanza o de que no vales nada.
 * Conductuales:
   * Dificultad para concentrarte en tareas cotidianas.
   * Faltar al trabajo o a tus responsabilidades.
   * Tener conflictos frecuentes con las personas a tu alrededor.
   * En algunos casos, podrías notar un aumento en el consumo de alcohol o drogas.
 * Físicos:
   * Problemas para dormir (insomnio).
   * Sentirte fatigado o con poca energía la mayor parte del tiempo.
   * Dolores de cabeza frecuentes o problemas digestivos sin una causa médica clara.
¿Cómo Abordar el Trastorno Adaptativo?
La buena noticia es que el trastorno adaptativo suele ser temporal y mejora con el apoyo adecuado. Aquí te damos algunas pautas:
 * Busca Apoyo Profesional:
   * Terapia psicológica: Hablar con un profesional es clave. La terapia cognitivo-conductual (TCC), por ejemplo, puede ayudarte a identificar y cambiar los pensamientos negativos sobre tu situación laboral y a desarrollar estrategias de afrontamiento.
   * Terapia de grupo: A veces, compartir tus experiencias con otras personas que están pasando por situaciones similares puede ser muy reconfortante y reducir el sentimiento de aislamiento.
 * Activa tu Red de Apoyo: No te aísles. Habla con amigos, familiares o antiguos compañeros de trabajo en quienes confíes. Sentir el apoyo de tus seres queridos es fundamental.
 * Cuida tu Bienestar Físico: Aunque parezca obvio, mantener una rutina de ejercicio, una dieta equilibrada y un sueño adecuado puede marcar una gran diferencia en tu estado de ánimo y tu capacidad para afrontar el estrés.
 * Si es necesario, considera la medicación: En casos de síntomas muy severos, un médico podría recetarte antidepresivos o ansiolíticos por un corto período para ayudarte a manejar la situación mientras trabajas en otras estrategias de afrontamiento.
El Camino Hacia la Recuperación
La mayoría de las personas con trastorno adaptativo mejoran una vez que la situación estresante se resuelve (por ejemplo, al encontrar un nuevo empleo) o cuando logran adaptarse a las nuevas circunstancias. Sin embargo, es importante no ignorar las señales. Si el estrés se vuelve crónico y no se aborda, existe el riesgo de desarrollar condiciones más graves, como depresión mayor.
Si te sientes identificado con alguno de estos puntos, recuerda que buscar ayuda no es una señal de debilidad, sino un paso valiente hacia tu bienestar.

jueves, 26 de junio de 2025

¡Azúcar en la Sangre? ¡No, mi amor, que eso no es dulzura! (O cómo domar a ese "dulce" enemigo que se nos cuela en el cuerpo)

Por Rafael Paz

Amable vecino, compadre del alma (sí, usted, el que se acaba un cafecito con tres cucharadas de azúcar), escuche este cuento: la diabetes tipo 2 es como un músico desafinado en la orquesta de su cuerpo. Le toca la flauta al azúcar, y ¡zas! la sangre se le vuelve un guarapo espeso. Pero ¡calma! Que no es un drama, sino un aviso para vivir con más ritmo y menos dulce fingido.  


 1. ¿Será que estoy en riesgo? ¡Averígüelo sin miedo!  

Póngase trucha con el "Cuestionario FINDRISC" (que su médico lo tiene, más guardado que un beso de abuelo):  

- Si saca ≥12 puntos: ¡Ajá! Corra a hacerse la prueba del azúcar en ayunas.  

- Si saca <12: Siga bailando joropo, pero con ojo avizor. Repita el examen en 3 años.  

*¿Qué le preguntará ese test?*  

Desde la edad (que no perdona) hasta la barriga (que a veces crece como mata de plátano), pasando por si su abuela tuvo diabetes o si usted vive más quieto que un araguaney en verano.  


 2. Si el riesgo es alto o ya le dieron el diagnóstico: ¡Manos a la obra!  

A. La comida: que sea sabrosa, no empalagosa  

Olvídese de arepas ahogadas en miel. Siga la dieta mediterránea criolla:  

- ✅ Suba el volumen a: Aguacate, caraotas, mango verde, pescado frito (sin exceso), y aceite de oliva como si fuera música llanera.  

- ❌ Bájele a: Azúcar refinada (esa traicionera), harinas blancas (más pálidas que un espectro) y grasas que pegan como lapa.  

*¿Le sobra peso?* Un nutricionista es como un buen coplero: le pondrá ritmo a sus platos.  


B. Muévase: ¡Que el cuerpo no es un cuatro colgado!  

- Camine, nade o pedalee 150 minutos por semana (¡30 minutos al día, 5 días! Menos tiempo que una telenovela).  

- Levante cosas (pesas, sacos de café, o hasta a su hijo) 2-3 veces por semana.  

*¿Le duelen las rodillas?* El médico es su aliado, no un enemigo con bata.  


C. Pastillas: Si ya las necesita, tómelas con fe (y agua)  

- La metformina es como ese amigo serio que le dice las verdades. Tómela como manda el médico.  

- Si le da náuseas, reclame: ¡Que no le hagan el feo!  


 3. ¡Ojo avizor! Para que no le jueguen chueco  

A. Chequeos periódicos: Más importantes que el parte de lotería  

- Azúcar (HbA1c): Meta ≤7% (o ≤8% si es mayor y frágil como una porcelana).  

- Presión y colesterol: ¡Dos pillos que van de la mano! Contrólelos como si fueran chismes del barrio.  


B. Tamizajes anuales: Como revisarle los dientes a un coco  

- Ojos: Que no se le nublen como cielo de agosto.  

- Riñones: Un examen de orina (más rápido que un golpe de tambor).  

- Pies: Que no se le duerman como un niño en misa.  


C. Emergencias: ¡Reconózcalas como a un compadre!  

- Corazón en apuros: Dolor en el pecho (como si un burro se sentara ahí) o falta de aire.  

- Azúcar baja (hipoglucemia): Temblores, sudor frío, confusión (como si vieran cuatro lunas).  

*¿Qué hacer?* ¡15g de carbohidratos! 1 cucharada de miel o 4 caramelos (no una tableta de chocolate, ¡que eso es trampa!).  



La vida es un tamunangue, no un réquiem  

Querido amigo, la diabetes no es el fin del camino, sino un atajo para quererse mejor. Eduque su cuerpo como si fuera un verso:  

- ✅ Aprenda: En programas con enfermeras y nutricionistas (más sabios que un finquero).  

- ✅ Tecnología: Monitores de glucosa que pitan como pájaros mañaneros.  

- ✅ Pastillas combinadas: Si toma muchas, pídalas en una sola (como un sancocho de remedios).  


Y recuerde:  

La salud es un vallenato: se baila con equilibrio, se canta con alegría, y se vive... sin azúcar de más.  


¡A endulzar el alma, no la sangre!  



¡A la carga contra la hipertensión, mi pana! (O cómo evitar que la presión se nos suba como el precio del petróleo)


Amable lector, amable lectora (sí, usted, el que está ahí, leyendo con un tazón de sancocho al lado), permítame contarle un secreto: la hipertensión arterial es como ese vecino entrometido que se cuela en su casa sin avisar. Un día llega, se sienta en su sofá, le sube el volumen al televisor y, si no lo corre a tiempo, se queda a vivir para siempre.  


Pero ¡no se asuste! Que aquí no hablamos con cara de susto, sino con alegría de mango verde  y consejos más útiles que un paraguas en temporada de lluvias.  


1. ¡Muévase, que el cuerpo no es un mueble!  

Si usted es de los que confunden el sillón con un altar y la caminata con un deporte extremo, tenemos un problema. El ejercicio no es solo para atletas ni para esos señores que corren en mallas ajustadas al amanecer. Bájese del bus una cuadra antes, baile como si nadie lo viera (aunque el perro lo mire con pena) o, si le da vergüenza, camine como si estuviera buscando algo que nunca perdió. ¡El corazón le agradecerá el gesto!  


2. La sal: esa traicionera de sonrisa blanca  

La sal es como el chisme: un poquito le da sabor a la vida, pero mucho la arruina. No se trata de volverse ermitaño de los sabores, sino de no convertir cada comida en un concurso de quién aguanta más lo salado. Pruebe con hierbas, ajo, limón… ¡o hasta con cariño! (que, aunque no lo crea, también sazona).  


3. La panza no es bodega  

Comer más de la cuenta es como llenar un saco hasta que reviente: algo va a terminar mal. No le digo que viva de lechuga y aire, pero evite que su plato parezca un monumento al exceso. Frutas, verduras, granos… ¡hasta un hallaquita de vez en cuando! Pero con medida, que la barriga no es un depósito de arepas.  


4. El estrés: ese enemigo silencioso (pero muy gritón)  

Si usted vive más estresado que un gato en una tienda de ropa, su presión va a subir más rápido que un niño en un columpio. Respire hondo, cuente hasta diez (o hasta mil, si es necesario), ríase de sus problemas como si fueran chistes malos y, sobre todo, no se tome la vida tan en serio. Al fin y al cabo, como decía mi abuela: *"Lo que no tiene solución, ¡solucionado está!.  


5. El tabaco y el trago: esa pareja de malandrines  

Fumar es como pagarle a alguien para que le arruine los pulmones, y el alcohol en exceso es como prestarle dinero a un conocido poco confiable: **nunca termina bien**. No hace falta volverse monje, pero **menos humo y más aire fresco, menos copas y más agua de coco**.  


Porque la vida es un vals, no un trompo en raya  

Querido amigo, querida amiga , de la presión bien portada, **cuidarse no es sufrir, es quererse con gracia y alegría**. La hipertensión no avisa, pero usted sí puede prevenirla. Así que **bájele al estrés, súbale al movimiento y mantenga el corazón tan contento como un niño con una paleta de dulce nueva**. 

domingo, 1 de junio de 2025

La Educación Emocional como Estrategia Efectiva para la Prevención del Síndrome de Burnout

 Dr RAFAEL PAZ V.


El Síndrome de Burnout, o desgaste profesional, es un fenómeno creciente que afecta a numerosos trabajadores, especialmente en profesiones de alta demanda emocional. Se caracteriza por agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal, afectando tanto la salud individual como el desempeño organizacional. Ante su impacto negativo, la educación emocional emerge como una herramienta clave para su prevención.

Fundamento del Burnout y Riesgos Psicosociales Laborales

El burnout es uno de los riesgos psicosociales más relevantes en el ámbito laboral, asociado a estrés crónico, sobrecarga de trabajo, falta de apoyo social y mala gestión emocional. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo (EU-OSHA), el estrés laboral es una de las principales causas de enfermedades profesionales y absentismo.

Los factores psicosociales incluyen carga y ritmo de trabajo excesivo, falta de control sobre las tareas, deficiente comunicación y apoyo, entre otros. Estos factores, si no son manejados adecuadamente, desencadenan respuestas emocionales negativas que precipitan el burnout.

La Inteligencia Emocional y su Papel en la Prevención

La inteligencia emocional, definida por Salovey y Mayer como la habilidad para percibir, comprender, regular y utilizar las emociones propias y ajenas, es fundamental para gestionar los riesgos psicosociales. Daniel Goleman popularizó este concepto y resaltó que el éxito laboral depende en un 80% de competencias emocionales y sociales.

La educación emocional en el contexto laboral implica el desarrollo de competencias como:

  • Autoconocimiento emocional: Reconocer emociones propias para responder de forma adecuada.

  • Autorregulación: Controlar impulsos y manejar emociones negativas.

  • Automotivación: Mantener una actitud positiva y perseverante.

  • Empatía: Entender las emociones de colegas y clientes.

  • Habilidades sociales: Gestionar relaciones interpersonales y conflictos.

Diversos estudios han demostrado que individuos con alto nivel de inteligencia emocional perciben el estrés como un desafío en lugar de una amenaza, presentando mayor resiliencia y menor incidencia de burnout.

Evidencia Empírica

Investigaciones en contextos organizacionales evidencian que la educación emocional reduce la incidencia del burnout al mejorar la capacidad de afrontamiento frente al estrés laboral. Programas de formación emocional han mostrado mejoras en el bienestar psicológico, disminución de síntomas relacionados con el burnout y aumento de la satisfacción laboral.

Asimismo, la inteligencia emocional contribuye a mejorar la comunicación, el trabajo en equipo y la calidad del liderazgo, aspectos que fomentan un ambiente laboral saludable y disminuyen los factores de riesgo psicosocial.

Estrategias Prácticas para Implementar la Educación Emocional

Para integrar la educación emocional en la prevención del burnout se recomienda:

  • Capacitación continua: Talleres y cursos para desarrollar habilidades emocionales en todos los niveles de la organización.
  • Evaluación emocional: Uso de herramientas validadas (como el MSCEIT o MEIT) para medir la inteligencia emocional y personalizar intervenciones.
  • Apoyo institucional: Promover una cultura organizacional que valore la salud mental, el equilibrio vida-trabajo y la comunicación abierta.
  • Técnicas de autocuidado: Entrenamiento en relajación, mindfulness, manejo del tiempo y establecimiento de límites.
  • Liderazgo emocional: Formación de líderes con competencias emocionales para guiar equipos con empatía y eficacia.

La educación emocional es una estrategia infalible y comprobada para la prevención del Síndrome de Burnout. Potenciar las habilidades emocionales en los trabajadores no solo reduce el desgaste profesional, sino que también mejora la productividad, la satisfacción laboral y el clima organizacional. En un entorno laboral cada vez más exigente, invertir en inteligencia emocional es apostar por la salud y el éxito sostenible.

FUENTES: 

  • Maslach C, Jackson SE. The measurement of experienced burnout. J Occup Behav. 1981;2(2):99-113. https://doi.org/10.1002/job.4030020205
  • Schaufeli WB, Leiter MP, Maslach C. Burnout: 35 years of research and practice. Career Dev Int. 2009;14(3):204-20. https://doi.org/10.1108/13620430910966406
  • Goleman D. Emotional intelligence: Why it can matter more than IQ. New York: Bantam Books; 1995.
  • Salovey P, Mayer JD. Emotional intelligence. Imagin Cogn Pers. 1990;9(3):185-211. https://doi.org/10.2190/DUGG-P24E-52WK-6CDG
  • Fernández-Berrocal P, Extremera N. Emotional intelligence: A theoretical and empirical review of its first 15 years of history. Psicothema. 2006;18(Suppl):7-12. PMID: 17295988.
  • Martínez-Losa R, Sarrate-Costa J. Stress and workplace health: European perspective and the Spanish case. Gac Sanit. 2014;28(3):252-5. https://doi.org/10.1016/j.gaceta.2013.10.010
  • Augusto-Landa JM, López-Zafra E, Berrios-Martos M, Aguilar-Luzón MC. Emotional intelligence and burnout syndrome in Spanish teachers: A mediational model. J Psychol. 2008;142(6):617-27. https://doi.org/10.3200/JRLP.142.6.617-628
  • Luminet O, Vermeulen N, Demaret C, Taylor GJ, Bagby RM. Emotional intelligence and vulnerability to depression: A systematic review. J Affect Disord. 2006;93(1-3):83-9. https://doi.org/10.1016/j.jad.2006.02.001
  • Caruso DR, Mayer JD, Salovey P. Emotional intelligence and emotional leadership. In: Bar-On R, Parker JDA, editors. The handbook of emotional intelligence. San Francisco: Jossey-Bass; 2000. p. 247–74.
  • European Agency for Safety and Health at Work. Work-related stress. Luxembourg: Publications Office of the European Union; 2014. Available from: https://osha.europa.eu/en/themes/work-related-stress